Los recuerdos son una de las herramientas más poderosas que posee el ser humano. La capacidad de recordar es uno de los grandes elementos que residen dentro de cada uno de nosotros. La gran paradoja es que los recuerdos pueden utilizarse en beneficio o en detrimento de uno.
Los recuerdos proporcionan la base de las metas que queremos alcanzar.
Nuestros recuerdos, buenos o malos, impactarán e influirán en nuestra forma de pensar y actuar. Se derivan de nuestras experiencias pasadas y juegan un papel mucho más importante en nuestra vida de lo que imaginamos.
Por ejemplo, en una situación pasada es posible que hayamos actuado de una manera particular y hayamos tenido un mal resultado. ¿Repetiremos esta acción exactamente de la misma manera? ¿O nos acordaremos de utilizar todo el conocimiento adquirido en esa experiencia para nuestro beneficio la próxima vez?
La única manera de evolucionar y ser felices es utilizando el poder de la memoria. Necesitamos tener un punto de comparación dentro de nosotros mismos. Si no podemos comparar lo que fue con lo que es o lo que podría ser, no podremos agradecer la vida que estamos viviendo; o darnos cuenta de que es necesario un cambio de pensamiento y acción.
El cerebro humano almacena recuerdos de la misma manera que lo hace una computadora. Pensamos y decidimos qué recuerdo recuperar. Sin embargo, es importante señalar que los recuerdos traumáticos tienen un impacto mucho más fuerte.
El desafío para nosotros es entender cómo acceder a una memoria que revele una verdad más precisa, una memoria con menos juicios.
Por ejemplo, pensemos en un hijo que fue incomprendido por sus padres en su juventud. Años más tarde, ya adulto, ¿esta persona recuerda los aspectos negativos y lo primero que le viene a la mente al pensar en sus padres es un desagrado hacia ellos, o puede recordar toda la ayuda y el amor que recibió de ellos también?
Tendemos a recordar cosas que fueron difíciles o desafiantes para nosotros en lugar de aquellas que fueron positivas. Está en nuestra naturaleza culpar a alguien más por nuestras angustias. Deberíamos intentar utilizar la memoria para ayudarnos a mirar nuestro pasado, no en blanco o negro, sino también en todos los diferentes tonos de gris. Hacer eso puede darnos una comprensión más precisa de los demás y ayudarnos a llevar una vida más enriquecida y plena.
Otro ejemplo de memoria selectiva: ¿por qué a veces elegimos estar con una persona que nos lastima, nos hace sentir inferiores o nos causa dolor? Si bien puede haber varias razones, una de ellas podría ser que simplemente elegimos no recordar o recordar de manera inexacta el daño o el alcance del daño sufrido. ELEGIMOS ignorarlo por muchas razones, como el miedo a la soledad, pensar que no somos lo suficientemente buenos para algo mejor u otras inseguridades.
Como ejercicio, de la forma más objetiva posible, podemos anotar todos los recuerdos (buenos y malos) de cada relación que hayamos tenido. Lo más probable es que quedemos gratamente sorprendido con lo que descubramos.
Trabajar con un coach también puede ayudar a descubrir los diferentes motivos por los que repetimos acciones dañinas para poder superarlas. A través de la memoria, una vez que reconocemos y analizamos las consecuencias de nuestras acciones, comenzamos a adquirir un “superpoder” (sabiduría). Este superpoder puede utilizarse luego para visualizar acciones específicas y sus posibles resultados. La memoria es nuestra herramienta más importante que nos permite mejorar y, en última instancia, trascendernos a nosotros mismos.
Contáctanos para obtener más información sobre cómo podemos ayudarte a alcanzar un mayor nivel de felicidad y una comprensión más profunda de ti mismo.
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